El Pentágono ha publicado anuncios casi diarios de ataques contra militantes del grupo Al Shabab en Somalia, aparentemente sin afectar la capacidad que tiene este socio de Al Qaida de desestabilizar el país, en lo que parece una nueva «guerra sin fin» para Estados Unidos.
La administración de Donald Trump planea reducir su presencia militar en África y focalizar sus esfuerzos hacia China y Rusia, dos rivales clave.
Hasta ahora, sin embargo, la guerra de desgaste contra Al Shabab ha continuado sin pausa.
El Mando África de Estados Unidos (Africom) anunció el viernes un ataque aéreo contra un objetivo del grupo cerca de la ciudad de Qunyo Barrow (sur). Un combatiente del grupo fue asesinado, se infirmó.
Es el vigésimo ataque contra los insurgentes islamistas por parte de las fuerzas estadounidenses en Somalia en 2020, después de 64 en 2019 y 43 el año anterior, según el centro de políticas públicas New America.
– «Arrancar la maleza» –
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, dijo a fines del año pasado que había que continuar «arrancando la maleza», en referencia a ataques aéreos contra yihadistas en Libia y Somalia.
«Eso significa que de vez en cuando tienes que hacer estas cosas para mantenerte al día, para que no crezca una amenaza», dijo.
Se estima Al Shabab tiene entre 5.000 y 9.000 miembros, por lo que incluso si las fuerzas estadounidenses continuaran eliminando a uno o dos cada día, podría llevar años matarlos, suponiendo que no recluten reemplazos.
Eso hace que el enfrentamiento parezca del tipo de «guerra interminable» que detesta Trump.
En un primer informe público sobre la operación estadounidense en Somalia publicado en febrero, el inspector general interino del Pentágono, Glenn Fine, recordó que parte de la misión de Africom es garantizar que para 2021 Al Shabab y otros grupos terroristas hayan sido «degradados de tal manera que no puedan causar un daño significativo a los intereses estadounidenses».